lunes, 8 de junio de 2009

VERDAD

Uno de los grandes privilegios que encuentro en mi baja estatura, es sentir que aún conservo mucho de mi niñez y creo que eso nunca lo voy a perder; porque al no haber crecido demasiado, no se me han escapado los sueños, la capacidad de asombro ni la fe en que todo se puede hacer realidad y que dentro de mí está el país del Nunca jamás.La etapa más hermosa de mi vida fue la niñez, en ella no me di cuenta de mis diferencias, porque los niños aunque suelen ser los más francos y sinceros con lo que ven, no se estancan ni se bloquean ante las apariencias, porque creen que todo se puede llegar a ser y hacer. En lo que a mi se refieren, en mi niñez, hice todo lo que hacían las niñas de mi edad, no reprimí energías a la hora de jugar, aunque por mi estatura quizás no era tan ágil como los demás.Mi apariencia inspiró ternura, por tanto siempre estuve rodeada de afecto y protección; nadie intentó jamás hacerme daño, al contrario, a veces era como si el mundo girara a mi alrededor.

http://oritunalmagigante.blogspot.com/2007/01/ser-como-nios-para-entrar-al-cielo.html

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